jueves, 23 de noviembre de 2017

Contextualizando Los desquiciados (Nicolás Guglielmetti, narrativa, Hemisferio Derecho Ediciones, 2017)



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Estoy golpeado, la destrucción a punto de consumarse pero no. Me pongo a escribir esto que les leo hoy. Quince días antes, no debo spoilear la trama de Los desquiciados. Debo explicar que se trata de la precuela o el eco de otra novela llamada Fisher editada en 2016 por 17 GRISES y  que se construyó sobre la idea de reconstruir una ciudad partiendo de sus mitologías y creencias pero deformadas. Deformadas por el ojo y los sentidos de un tipo que no está en sus cabales. Así como Michael Douglas en un día de furia, o el carnicero de Gaspar Noe o bombita rodriguez pongamoslé. Seres serenos que por algún motivo pierden las formas  y se calientan poco por conservar el orden normal de nuestra decadencia. Nuestra decadente y ordenada vida de reglas impuestas por la sociedad de consumo de las cuales podría aburrirlos de ejemplos pero de las cuales solo voy a limitarme a decir que se reduce a  perseguir una zanahoria que nunca vamos a terminar de alcanzar... Pero me fui y volvamos. Debo hablar de Los desquiciados pero primeramente debo explicar Fisher: una novela inexplicable porque yo, el yo que narra y dirige las acciones de un montón de infradotados poniendo el caos en la ciudad ,desconoce o desecha de la estructura convencional o clásica de un relato.

Fisher y Los desquiciados están construidos para leer en el baño, de a cachos, de atrás  pal ante o como se te cante y supongo en parte que eso se lo debo a venir de la poesía… Un lenguaje donde el aire entre los textos(ergo lo omitido o a reponer) es tan importante como lo  propiamente escrito,pero me fui y volvamos. En Fisher hay tres ejes temporales:
Un pasado con Bahía llena de descampados e inmigrantes arrastrados por los favores del general Perón , un presente en el que por algún motivo hay una catástrofe  e impera el caos y un futuro posapocalíptico ligado a la ciencia ficción donde un grupo de bahienses lucha ya  por conservar la especie en un desierto radioactivo. En ese hecho se centra Los desquiciados,  en la posibilidad concreta de la destrucción y la desaparición…Y ahora bien ustedes me preguntarán ¿qué desaparición? ¿La desaparición de nosotros como ser individual?¿La desaparición  de lo bahiense? ¿De los bahienses? ¿La desaparición de lo que nosotros despreciamos de la ciudad?¿Qué posibilidad concreta existe de que esto suceda? ¿Existe? ¿En manos de quién? ¿La consideramos o solo está ahí como formando parte del agujero negro de nuestras conciencias?; ¿Nunca les pasa que a veces se hacen preguntas que en el mismo instante que se las formula quiere anular la respuesta? La otra vez fui a ver unos cerámicos a un famoso corralón de la ciudad. En su frente relucía majestuosa una gigantografía de iconos del deporte local ( creo que estaba Ginobili, Pepe Sanches y alguno más) los miraba y recordé cuando viví unos  4 años en White. A unos metros de las plantas del polo. Miraba esa gigantografía y pensaba que los bahienses miran así la destrucción… Como algo de cartón pintado que está ahí y no jode a nadie. ¿Lo piensan realmente???¿Lo pienso realmente? Me fui y volvamos; Así como en mi primer novela Fisher trabajé en la construcción de la ciudad exagerando sus mitologías y llevándolas al extremo de lo real, para construir Los desquiciados, el texto que cuenta o intenta dar cuenta de cómo y en manos de quién podemos volar todos por al carajo dejando un agujero negro en el mapa, para construir Los desquiciados, o sea la destrucción o desaparición, tuve que valerme de personajes despreciables;
Explicar qué circunstancias los arrastran a agruparse para sembrar el caos y elegír un tono fueron las dificultades mayores, pero si les digo más les cuento todo. Los desquiciados es un texto incómodo porque narra un episodio y un contexto incómodo. Se vale de señuelos e imágenes que saturan nuestros estímulos a diario como el sexo y la violencia pero hasta en ellas roza la incomodidad.  Es ese pensamiento que incomóda y está ahí. Vos sabés que va a ser para cagada pero querés saber igual, es una cascarita que te da placer rascar y movés a riesgo de que sangre pero me fui y volvamos.

Una vez una amiga, a la cual escucho mucho lo que opina sobre lo que escribo porque sabe poco del mundo literario, me preguntó qué necesidad tenia de mostrar siempre  la oscuridad.
Escribo historias con tramas complejas porque Bahía Blanca contrariamente a los inmaculado del nombre está atravesada por un entramado de relaciones socioculturales de alta complejidad. Escribo porque sueño con equilibrar el cosmos desde este pequeño espacio de resistencia que es la literatura. Escribo sobre los manejes de esta ciudad porque no encuentro otro lugar donde dejarlo sentado y siento que la literatura es el último lugar donde se van a venir a meter. Escribo para los que consideramos que Bahía puede ser una ciudad más habitable. Escribo y sueño. Cosas incomodas pero honestas al fin. Tómenlo o déjenlo. Gracias.

#este texto fue leído en la presentación conjunta de Hemisferio Derecho en su festejo por los 10 años de fundada la editorial en el marco del Primer Festival de Narrativa Bahia Blanca 2017

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sábado, 11 de noviembre de 2017

Los desquiciados, narrativa HD ediciones. Segunda novela de Nicolás Guglielmetti


“¿Qué es lo que hacemos con esto? ¿A qué me refiero con esto, a esta novela o a la ciudad en la que estamos todos los días? Esa es la duda que atraviesa Los desquiciados, las acciones y los pensamientos de sus personajes.Prima el caos tanto como en el actuar tuyo y mío. Porque no sabemos dónde estamos parados aunque nos juguemos todas las fichas a intentar ordenar y entender el lugar con palabras. ¿Estás seguro que ese que está a tu lado no pretende hacer volar todo por los aires? ¿Vas a tomar la gran decisión de dejarlo hacer lo suyo y empezar todo de nuevo, si es que sale bien la destrucción? ¿Alcanzará con eso o el golpe debería ser más quirúrgico? Anunciando los hechos de Fisher y los refugiados, o como su eco, nunca se sabe en este caos de acciones y pensamientos entremezclados, Nicolás Guglielmetti lo vuelve a hacer: coloca el caos de la ciudad en un lugar en el que nadie puede negarlo ni hacerse el tonto. ¿Si no te gusta la bomba, qué hacés viviendo acá?” Mariano Granizo



disponible en Librería La Masmédula Alsina 155, local 22 de Galería Jardín . Bahia Blanca




 



miércoles, 26 de julio de 2017

Revista Veintitres: Preciso como Messi. Sobre Bella Vista, Nico Guglielmetti (Vox Ediciones 2015)

http://www.veintitres.com.ar/article/details/69907/preciso-como-messi


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Por Miguel Zeballos

A mis viejos y abuelos, por enseñarme a ver Bella Vista con la atención que se mira Constantinopla”, dedica Nicolás Guglielmetti (Bahía Blanca, 1981) y no es para menos: el glorioso barrio bahiense es un fresco de anécdotas que va de la nostalgia a la emoción, y su autor logra mantenernos prendidos a ese mundo que dibuja con dedicación en la construcción de cada verso:

“De Ortega solo tuve las recaídas” anuncia y declara desde el inicio, para continuar: “(…) Si te fijás, Ortega definiendo es una evolución / de Rubén Polillita Da Silva”.

Es cierto –se puede ir a YouTube y comprobarlo, o recurrir a los memoriosos y sacarle la ficha a la gambeta del ex River. Aunque estemos en el país del fútbol, fútbol, fútbol, no olvidemos que siempre hablamos de poesía, y Guglielmetti habla muy afinadamente, sin desentonar ni hacer una de más, con una escritura precisa como un pase de Messi o de Riquelme. 
La poesía más bella es esa que ignora su condición.

En Bella Vista hay un rezo imparable y sostenido sobre un tiempo que ya no es, una combinación perfecta de magia y gol: “Para ser delantero me faltó facha. / Para ser central altura. / ¿Para ser yo?”.

Finalmente, el recuerdo a Rodrigo Palacio en la final del mundo  pasada estalla en el texto: “Si Palacio la hubiera picado bien se hubieran llenado sábanas completas con el nombre de/ nuestra ciudad. Millones de periodistas tendrían que laburar en serio y/ googlear Bahía Blanca, club Bella Vista y barrio La Falda”. “(…) Este poema, no puede permitirse tener remate”